El agua termal de Atache procede de las termas de Salies de Béan, situada en los pirineos atlánticos franceses. Se trata de agua de lluvia que se filtra en el suelo y que, durante años, viajan entre las rocas del subsuelo enriqueciéndose de los minerales que aporta la tierra. Cuenta con propiedades calmantes, descongestivas y antiinflamatorias debido a la presencia de oligoelementos en su composición, como calcio, magnesio, hierro, zinc, cobre y manganeso.
Está especialmente indicada para pieles sensibles, atópicas o con tendencia a las reacciones alérgicas.